En plena era digital nos llega una demostración de como una buena
idea y una dosis de talento resulta mucho más enriquecedor que miles
de efectos digitales metidos con calzador.
Los
hermanos Taviani han creado una interesantísima fusión entre drama
carcelario y obra teatral de Shakespeare con este César
debe morir, realizada además con
actores del propio centro penitenciario de Rebibbia.
La
película muestra los esfuerzos realizados por un grupo de presos
para representar la obra Julio César, de Shakespeare, una trama
para asesinar al emperador romano por parte de sus inmediatos
colaboradores.
Con ese
pretexto se nos muestran pinceladas sobre la personalidad de los
actores, su relación entorno a su condición de presos, sus
técnicas de interpretación, su compromiso con la obra, y su amor,
descubierto o no bajo el techo penitenciario, al arte.
Los
Taviani utilizan algunos recursos que suman interés a la obra, como
el uso del color o el blanco y negro según la situación. Además
con la excusa de unas obras en la sala de espectáculos de la
prisión, usa los escenarios reales de la penitenciaria para los
ensayos de la obra, lo que da pie a unos más que interesantes planos
en zonas como el patio, los pasillos carcelarios o incluso las
celdas.
Como
punto negativo se hecha en falta un poco más de profundidad en los
perfiles psicológicos de los presos y su relación con el arte o la
falta de libertad. Es algo que sí se muestra, pero sin sacarle todo
el partido que se hubiera podido.
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