divendres, 24 de juny del 2011

Dogville (Lars von Trier, 2003)

Las principales cualidades de Dogville para mí, son la construcción de los personajes, su evolución durante la historia, y las innumerables lecturas que se pueden sacar de los acontecimientos y las acciones de dichos personajes. Es lógico por tanto que partiendo de esta premisa todo lo relacionado con la escena en sí misma, decorados, fotografía, efectos especiales no tenga demasiada importancia. Pero Lars va más allá, y prescinde casi totalmente de todo lo ajeno a los actores, dejando un solo escenario puramente teatral. Se puede discutir si esta decisión es acertada o no, pero lo que en mi opinión es indiscutible es el resultado, una magnífica lectura sobre la naturaleza humana, en concreto sobre la peor cara de ella. Y lo hace de una manera directa, cruda, y sin concesiones, sin adornar nada, siguiendo la misma filosofía por tanto que en el aspecto visual.
Personalmente no he echado de menos una escenificación mayor, como no lo hago cuando voy al teatro. Alguien dirá, pues entonces ¿para qué hacer una película?, pero precisamente la grandeza del cine reside en poder adaptarse a todos los formatos, desde minimalistas puestas en escena a superproducciones inundadas de efectos digitales.
Grace (Nicole Kidman), una bella fugitiva, llega a un pequeño pueblo (Dogville) para encontrar refugio. Los habitantes del pueblo la aceptan, a cambio de pequeños trabajos. Lo que al principio parece una relación idílica entre ellos pronto degenera a medida que los vecinos de Dogville se dan cuenta que pueden abusar impunemente de su nueva inquilina debido a su delicada situación. La radiografía de bajezas humanas que se dan cita a partir de entonces es digna de analizar, auque eso si, siempre escudadas en alguna más o menos rebuscada justificación para limpiar la conciencia.
El final, ciertamente impactante, nos hace reflexionar también, y cierra una obra redonda además de una de las propuestas más interesantes que ha dado el cine en los últimos años.

dimarts, 21 de juny del 2011

Imatges d'estiu

Amb uns agradables vint-i-cinc graus em disposo a provar la nova cervesa recent elaborada, de color coure amb tons vermellosos i espuma generosa amb bombolla grossa, poc persistent. Gust i aroma a malta torrada i caramel, que es complementa molt be amb la intensa amargor dels llúpols emprats. De fons els cactus gentilesa dels reis mags, i el Pils maquinant alguna entremeliadura.

Bobby Jean (Bruce Springsteen)

En record de Clarence Clemons, The Big Man.


dimarts, 14 de juny del 2011

El beso

tu cuerpo serpentea
me sublima, me abrasa
contrasta con la fría tez
a la que un beso pude robar
antaño, una sola vez

bailas sin darte cuenta
sobre mi seca garganta
de marchito y sediento pez
que anhela tus besos de agua
como aquella, única vez

vacila en tu espalda morena
la trenza que me fustiga
voy a contar hasta diez
para asaltar tu arisca boca
como ya lo hice una vez

divendres, 3 de juny del 2011

Envelleixo

envelleixo,
i no pas pels curiosos plecs de la pell
que mai no se si són recents
o els tinc gravats de sempre
ni pels cabells blancs
ni per la veu fatigada
sinó per com se’n van els dies
amb un sospir,
amb un bon dia i bona nit
i per com sóc gelós
de la mirada atenta d'un infant
de la seva innocència i el seu futur

envelleixo,
i no pas per les nombroses pigues
que mai no se si són de sèrie
o acabades de torrar
ni per la panxa incipient
ni per la manca de frescor
sinó per la consciència,
per la paciència
i també per la abstinència
i perquè em sento dir
ei, senyor!
per admirables xicotetes

envelleixo,
i no pas pels vicis i les dèries
que mai no se si són genètics
o adquirits i treballats
ni per que em canso
ni per que oblido coses
sinó pels records pretèrits
de dècades passades
assaborits amb nostàlgia
i perquè ja no escric cartes d'amor
sense destí ni remitent
sinó foteses com aquesta