dijous, 12 d’abril del 2012

El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001)

Es difícil establecer como su mejor trabajo a un autor que firma como obras maestras a casi todas sus películas, pero El viaje de Chihiro en mi opinión llega un poco más lejos que otras obras redondas como La princesa Mononoke o El castillo en el cielo. Miyazaki no solo ofrece un apartado técnico impecable con una historia entretenida y emocionante. El viaje de Chihiro va un poco más allá, algunas de sus imágenes poseen un magia embriagadora (véase por ejemplo el viaje en tren o la limpieza del dios pestilente), y los elementos mitológicos así como la complejidad del argumento y sus personajes hacen que cada revisión de la película sea una nueva experiencia.
Chihiro se pierde en un mundo lleno de seres estrambóticos y es secuestrada por la bruja Yubaba, además sus padres son convertidos en cerdos por la misma y debe deshacer dicho conjuro. Esta surrealista historia representa en el fondo el esfuerzo personal de una niña para superar su etapa infantil y evolucionar hacia la adolescencia. Chihiro aprende durante esta andadura el valor de la amistad, a trabajar para conseguir sus objetivos y a luchar por sus seres queridos sin renunciar a ella misma, algo que todo ser maduro debe asimilar en un momento u otro en su etapa previa a la adultez.
Si bien la película es apta para todos los públicos y edades, ciertamente entra dentro de las obras “adultas” de Miyazaki, y la disfrutaran mucho más personas a las que entre bien la fantasía y sean capaces de dejarse llevar por este mundo un poco incomprensible a veces. Sin duda un regalo para los sentidos y en definitiva una película imprescindible para todos los amantes de la animación.

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