Cabiria es una prostituta que vive en las afueras de Roma, en medio de un descampado, aunque tras mucho sacrificio ha conseguido construirse un hogar y sueña en tener algún día una vida mejor. Su carácter inocente pero temperamental y valiente la lleva a vivir situaciones de lo más variopintas, las cuales se nos van mostrando durante la película. Todas ellas están narradas de forma magistral, mezclando momentos de ilusión y de desesperanza, así como situaciones cómicas o dramáticas. A ello contribuye decisivamente la memorable y espectacular actuación de Giulietta Masina, que le da toda la personalidad y todos los matices necesarios al personaje.
Entre las numerosas escenas destacables, como por ejemplo el encuentro con el rico y famoso actor, o la entrañable sesión de hipnosis, sobresale sin duda toda la parte final, una conclusión tan descarnada y cruel como poética y esperanzadora, me atrevería a decir uno de los mejores finales de la historia del cine.
Fellini realiza una vez más un retrato social y un trabajo lúcido, emotivo e impecable artísticamente, una continua experiencia sensorial e intelectual para el espectador.
Obra maestra de principio a fin.

Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada