dijous, 18 de novembre del 2010

Buried (Rodrigo Cortés, 2010)

Que una película con un solo actor y un solo escenario de poco más de dos metros cuadrados consiga entretener durante todo el metraje ya es suficiente razón para considerarla buena. Ese es el principal mérito de Buried(Enterrado), aunque no se queda solamente en eso, puesto que ademas consigue transmitir sensaciones como miedo o angustia de manera acertada, y de paso realizar algo de crítica y reflexión sobre el papel de las instituciones en los conflictos armados o terroristas respecto a la gente que los sufre.
Paul Conroy (Ryan Reynolds), un contratista estadounidense destinado a Iraq es secuestrado por un grupo terrorista y enterrado vivo con un teléfono móvil y poco más. A partir de entonces empezará una cuenta atrás en su lucha por la supervivencia.
Rodrigo Cortés podría haber usado algunas escenas exteriores para amenizar y descongestionar al espectador en algunos instantes, pero entonces la película se hubiera convertido en mucho más convencional y menos interesante desde el punto de vista cinematográfico, por lo que me parece muy acertada su elección a la vez que arriesgada, pese a recurrir en ocasiones (muy pocas) a algún artificio para rellenar la trama. El final es sencillamente apabullante. Recomendable para cualquier espectador que no sufra de claustrofobia.

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