Debido a la buena experiencia vivida en la Pedals de Foc dos años atrás, decidí realizar este verano otra de las rutas comprendidas en Pedales del Mundo. Todas ellas comparten un similar sistema organizativo, y es precisamente este sistema uno de los puntos fuertes de dichas rutas. Básicamente las ventajas son la reserva de alojamientos por parte de la organización, el transporte de equipajes, el soporte durante la ruta en caso de incidencias y el material entregado para la navegación.
Me atrajo desde el principio la Pedales de León debido al desconocimiento por mi parte de la zona. Las fotografías y la facilidad para reservar desde la web hicieron el resto. A decir verdad al principio pensé que se trataba de una ruta más suave que la Pedals de Foc (ubicada en el Pirineo de Lleida), pero pronto me di cuenta leyendo los comentarios de quienes la habían hecho que era más bien al contrario, como ya desarrollaré más adelante. Escogí la opción de hacerla en cinco días, ideal a mi parecer para no solo hacer deporte sino además practicar turismo, que son siempre mis dos objetivos en este tipo de salidas.
Voy a dar una detallada descripción del recorrido, incluyendo las etapas previas de viaje, para ayudar a quien tenga intención de realizar esta salida y para cualquiera a quien le interese.
Etapa Prólogo 1: Barcelona-Bilbao
Para llegar a Cistierna, punto de partida de la ruta, el plan es ir primero a Bilbao y luego al pueblo en ferrocarril Feve, quizás no es una manera de llegar muy directa pero si más escalonada y turística. Mi primera intención fue viajar en tren hasta Bilbao, pero ante la imposibilidad de transportar una bici en un tren de largo recorrido de RENFE (algo bastante insólito y discriminatorio, que no pasa en la gran mayoría de países europeos), opté por la línea de autobuses ALSA, con la que pagando un extra y manteniendo cubiertas las partes de la bici que puedan ensuciar, no hay ningún impedimento.
El viaje dura unas ocho horas paradas incluidas. Bilbao me recibe con un día muy gris y empieza a llover justo al bajar del autocar, aunque la gente de allí parece contenta después de soportar una ola de calor los días previos.
De todas formas la ciudad me causa muy buena impresión.
Me hospedo en el B&B AliciaZZZ en el centro, nuevo, confortable y muy cuidado. A la mañana siguiente, todavía gris, tengo tiempo de visitar la ciudad hasta el mediodía, cuando sale el tren FEVE.

Etapa Prólogo 2: Bilbao-Cistierna
Subo con la bici a la línea Bilbao-León, por 17,50€. Prácticamente se trata de un tren turístico, tanto por su velocidad como por la belleza del trayecto. Además se respira un ambientillo familiar dentro (revisor charlando con los pasajeros, poca gente, amplios espacios). El trayecto recorre la cordillera cantábrica bajando hasta los pies de los picos de Europa (mi objetivo) y León. El paisaje nunca deja de tener interés, más verde y montañoso al principio, más seco y variado llegando a León, alternando campos de cultivo con extensos bosques de roble.
Al llegar a Cistierna un viento helado me deja literalmente tiritando. En el local de Pedales de León hablo con Eduardo, que me da el material necesario para la ruta y se deshace en explicaciones sobre como afrontarla.
Etapa 1: Cistierna-Crémenes
Etapa relativamente suave para empezar (32Km, 1000m de desnivel). Me encuentro nuevamente con Eduardo después de comprar una mochila nueva para llevar durante el recorrido, puesto que la otra me la trasladan con todo el equipaje. Eduardo me acompaña unos cuatro kilómetros hasta un puente sobre el río Esla, allí empieza la aventura. El viento ha amainado mucho y la temperatura es fresca pero no fría.
Al principio el camino es fácil, sube suavemente, pero antes de llegar al primer collado, tras Yugueros, empiezo a encontrarme rampas de más del 20%, algo que será habitual en todo el recorrido de Pedales de León.
Después de pasar dos collados más con sus respectivos pueblos en el valle (Sabero, punto de control, y Valdoré) llego a Crémenes, un pequeño pueblo junto al río Esla con buenas vistas. Ceno y duermo en El Sabinar, un hotel acogedor y confortable.

Etapa 2: Crémenes – Oseja de Sajambre
Interesante y dura etapa por la variedad de sus paisajes y por su recorrido. Salgo con un frío considerable (menos de diez grados), aunque rápidamente las temperaturas suben a lo largo de la mañana.
Empieza de manera similar a la anterior, con una subida suave al principio, exigente hasta llegar al collado de Lois. Además encuentro vacas en medio del camino todo el tiempo, que se apartan, pero solo cuando estoy muy cerca de ellas. En el punto más alto hay un gran prado con unas vistas estupendas, la sensación de soledad allí es absoluta y me siento un rato a tomar el sol. La bajada es pedregosa y vertical hasta Lois, un pequeño pueblo que sorprende por la presencia de una catedral. Después, una agradable pista bastante llana recorre los pueblos de Liegos, Lario y Polvoredo.
En éste último busco en vano un lugar para comer y así afrontar la última parte, así que pregunto a un aldeano donde comer algo. Curiosamente me indica una casa particular donde en teoría me darán de comer. Un poco escéptico le hago caso, y efectivamente un hombre en la casa me acompaña hasta una especie de despensa y me hace un estupendo bocadillo de chorizo, acompañado de una agradable charla.
La subida hasta la puerta del Zalambral no me parece de las más duras, quizás gracias al chorizo. Al llegar arriba, tras pasar una caseta con caballos, tomo un camino equivocado debido a una mala interpretación mía del roadmap. Afortunadamente Eduardo me ayuda por teléfono y empiezo el descenso por el Zalambral. La bajada (a pie para preservar el bosque) es sencilla al principio, por el húmedo y tupido bosque de hayas, pero la parte final es altamente complicada debido al agua, barro, y alto desnivel con escalones de piedras.
Dejo el bosque con los pies llenos de barro hasta los tobillos y sigo por una pista en leve pero rápida bajada hasta Pío de Sajambre, donde tomo una cerveza con aceitunas (mi recuperador favorito) en poco tiempo, ya que el cielo está amenazador, empieza a hacer fresco y tengo que hacer todavía la subida hacia Soto.
Después de llegar a Oseja de Sajambre, la subida a Soto es sencilla, por asfalto, y con vistas espectaculares a las rocosas montañas, ahora si, cerca de la parte más elevada de los Picos.
En Soto me hospedo en el Hostal Peñasanta, modesto pero acogedor, donde me limpio de barro. Estoy realmente muy cansado aunque no agotado, y acabo la jornada con una muy buena cena (carne estofada muy tierna).


Etapa 3: Soto de Sajambre – Boca de Huérgano
Primero el recorrido vuelve a Oseja pero esta vez por una pista pedregosa en el bosque. Seguidamente empieza la subida a Panderrueda, por pista al principio, ya con fuertes subidas, y por camino más tarde, casi siempre con gran desnivel, con lo cual toca arrastrar la bici en su mayor parte (algo habitual a lo largo de la ruta debido a sus tremendas pistas, al menos para mí). El camino es muy agradable, por el bosque en su mayor parte, pasando por algunos prados. En la cima se sale del bosque a campo abierto, junto a la carretera, y es aconsejable llegar hasta el mirador, unos metros más arriba.
Después de reponer energía y hacer fotos en el puerto, una pista va bajando lentamente hasta Posada de Valdeón, pueblo bastante animado con espectaculares vistas a las rocas más altas de los picos. Durante la bajada se me cruza un alegre y asustadizo cervatillo. Aprovecho para comer allí (macarrones y jabalí), para luego encarar la dura subida al puerto de Pandetrave, por asfalto primero, después por una amplia y exigente pista por el bosque. Esta subida se me hace muy larga, es mediodía y hace calor, además hice una comida demasiado copiosa. Afortunadamente tras llegar al puerto, otra vez con vistas estupendas sobre los ahora más alejados picos, solamente queda hacer una larga bajada por carretera hasta primero Portilla de la Reina (control), para finalizar en Boca de Huérgano.


Etapa 4: Boca de Huérgano – La Mata de Monteagudo
Día caluroso, ya por la mañana. Me espera una etapa rompe-piernas, así que mejor tomárselo con calma, además dormí poco debido a problemas gastrointestinales. Empieza con una subida típica de la zona, más suave al principio pero con grandes rampas sobre todo en la parte final. Después de la bajada el camino planea un rato hasta llegar a Besande, donde decido coger la variante 2, a causa de lo ya comentado anteriormente. Esta variante sube por carretera en lugar de pista y acorta un poco la subida. Más adelante se llega a Prioro (punto de control), pero encuentro el bar cerrado. Al principio me resigno a quedarme sin sello de control, aunque luego me doy cuenta mirando el mapa que el otro punto de control esta en Morgoviejo, a pocos kilómetros, así que llego allí y de paso me avituallo.
La parte final de la etapa pasa por minúsculos pueblos apenas poblados, con sus respectivas subidas y bajadas. Primero La Red de Valdetuéjar, con su pequeña iglesia junto a la fuente, después Ferreras del Puerto, con su plaza y su fuente de grandes chorros, donde repongo fuerzas tirado en un banco a base de barritas energéticas (no hay bares en estos pueblos).
El último tramo va hasta La Mata de Monteagudo, pero pasando previamente por una potente subida, planeando más tarde, y bajando finalmente. A pocos kilómetros de el pueblo se encuentra el Santuario de la Virgen de la Velilla, y a su lado la casa rural La Velilla, donde me hospedo. Es un hotel con todas las comodidades y extraordinariamente tranquilo, bucólico. Llego esta vez si, agotado, seguramente debido al calor, a la noche anterior y al cansancio acumulado.


Etapa 5: La Mata de Monteagudo – Cistierna
Última etapa, más cortita para llegar a tiempo, en teoría, de comer y subir al tren. Empieza adentrándose en el bosque, y tras una pequeña bajada sube el último collado importante, con las típicas paredes para subir, aunque con una parte final muy bonita, que pasa por un robledal y un prado hasta el paso.
Después una sucesión de repechos y bajadas hasta llegar al pueblo abandonado de Quintana de la Peña, en el que paro a reponer agua y echar un vistazo. Ya solo queda bajar hasta Cistierna, aunque me pierdo en la parte final sin consecuencias, puesto que encuentro una pista paralela a la vía del tren que lleva a Sorriba, el pueblo de al lado.
En Cistierna, ducha, comida (marmitaco enorme y conejo) y recompensa final (mallot y deliciosos productos gastronómicos de la tierra).
Con la satisfacción de los objetivos cumplidos y nubarrones amenazadores en las montañas subo a tren para deshacer el mismo camino de días atrás.


Conclusiones:
Cuando hago una excursión ciclista por la montaña aparte de buscar la belleza de sus paisajes (algo más o menos previsible), espero encontrar un entorno bien conservado, alejado del mundanal ruido, con sus pueblos típicos y su ritmo pausado, un lugar donde impregnarse poco a poco de las rocas, los valles, las fuentes y las gentes hasta olvidar en qué parte de la historia del tiempo nos encontramos.
Eso es algo que se da en Pedales de León sin lugar a dudas, con solo decir que no encontré ni un alma en el monte durante todo el recorrido está dicho todo. De esta manera, cuando llegas a un pueblo tienes siempre la sensación de llagar a algún sitio importante, aunque haya cuatro casas y tres personas.
La variedad de los paisajes y caminos es otro punto fuerte de la ruta, hace que en ningún momento el recorrido se haga pesado o aburrido, aunque desde mi punto de vista hay excesivos desniveles en la mayoría de pistas, personalmente hubiera preferido subidas más largas pero con desniveles más mantenidos (algo supongo que imposible por las características de la zona).
Respecto a la organización se puede decir que perfecta en todos los sentidos, se nota hablando con ellos el amor y respeto que tienen hacia el entorno y la propuesta que han creado, y lo transmiten a sus clientes.
La calidad y confort de los alojamientos es buena en todos los pueblos donde estuve, se duerme bien (sin ruidos) y se recuperan fuerzas para el siguiente día. Además se agradece la hospitalidad de las gentes que habitan dichos pueblos, sobre todo después de andar todo el día solo por el monte.
Datos del viaje:
Período: del 27 de Junio al 4 de Julio (ruta Pedales de León del 29 de Junio al 3 de Julio).
Tiempo: Variable, noches frescas o frías, días templados o calurosos al mediodía. Sin lluvia ni niebla.
Recorrido: La ruta son 220Km y 6500 metros de desnivel acumulado positivo. Contando tramos extras por pérdida del camino o curiosidad, y los paseos por Bilbao hice unos 270 km.
Bicicleta: Mondraker Finalist Pro.
Incidencias: Un solo pinchazo.
Más información en www.pedalesdeleon.es