No suelo hablar de este tipo de cosas puesto que acostumbro a estar en otro mundo, pero hay cosas que claman al cielo, como el conformismo y el egoísmo al que parece tender nuestra sociedad actual.
Es que no va a servir de nada (con esta actitud no me extraña), es que me descuentan mucho (luego te enteras que se acaba de comprar una iPhone porque la blackberry ya no le gusta), es que hacer huelga es de vagos (sin comentarios), es que no es el momento. No es el momento? En la democracia, el sistema de gobierno en que teóricamente el pueblo decide, son contadas las ocasiones en que podemos ejercer nuestro derecho a opinar o cambiar lo establecido. Las elecciones, algún referéndum, manifestaciones populares y contadas huelgas. Por lo tanto es así de sencillo, o estás de acuerdo con la reforma laboral y los recortes sociales que conlleva o no lo estás. Y si no lo estás la única manera de dejar constancia de ello a quien tiene el poder de cambiarla es la huelga. Conclusión, dime que te gusta la reforma, lo respeto aunque no lo comparto, dime que tienes miedo de tu jefe, lo entiendo aunque no lo respeto, pero no me digas es que...
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